Una vez morí. Fue de pequeño, al salir de clase. Mi colegio olía a nuevo, lo habían construido en la vega y tenía nombre de emperatriz (porque mi ciudad "dió a Francia su última Emperatriz").
Yo no nunca fui travieso, era más bien un repelente niño aplicado, pero aquel camino hasta casa invitaba a la aventura. Discurría entre frutales, acequias, sembrados de soja, un viejo molino abandonado y una vía del tren que supuestamente, debíamos cruzar por un túnel peatonal. Aquella vía estaba prohibida, y más aún desde que el TER Sevilla-Granada arrolló a Manuel, un compañero del cole. Quizás por esa prohibición y por lo ocurrido, a todos nos encantaba cruzar por allí. Siempre que lo hacíamos cumplíamos una curiosa ceremonia: la de mear en las vías. Eso si, tenía su procedimiento: había que hacerlo justo entre los dos raíles y dando la espalda al sentido del TER Sevilla-Granada. Era una mezcla de venganza y desprecio por lo que aquel maldito cabrón había hecho a Manuel.
Un día, al salir de clase, visité el molino abandonado, mi lugar favorito. Era octubre y el gigantesco nogal del patio exhibía arrogante sus frutos. Solté la cartera en el suelo y trepé por su tronco. Poco a poco fui llenando mis bolsillos de nueces. Estaba a punto de bajar cuando, al poner el pie en una rama, inexplicablemente resbalé y caí desde arriba.
Cuando abrí los ojos estaba en el suelo, bajo el nogal, tumbado junto a la cartera con una postura extraña. La luz era distinta, y el sol había cambiado de posición. A vosotros os lo puedo decir: creo que aquel nogal me había castigado por robar sus nueces. Al llegar a casa tuve que dar alguna explicación por mi retraso y la ropa sucia. Mentí.
Borré lo sucedido de mi memoria, hasta hace unos pocos años. Ese día el recuerdo brotó al ver un nogal, en otro lugar, a muchos kilómetros de mi colegio. Me acerqué y le dije, en voz baja: "hace tiempo conocí a uno como tú, un hijoputa que quiso acabar conmigo". Busqué mis llaves y, con la punta, escribí sobre el tronco de aquel nogal: "yo morí, una vez... pero aquí sigo"
Música recomendada: Bad Boy - Alexandra Burke
Fotografía: El árbol del Arroyo
Autor: Landahlauts
Interesante, me da a mi que se lo a dicho al otro.
ResponderEliminarHechaba de menos sus escritos
Un saludo y buen finde
Bien hecho, pero de todas formas ándate con cuidado, porque el nogal éste se lo dice a otro y el día más pensado, caminando junto a un árbol, desprevenido, tienes un accidente. Con menudos te has ido a meter, los nogales ;-)
ResponderEliminar...ssssss....pienso igual que Miguel....ssssss...calladito te ves mas bonito....por si acaso...
ResponderEliminarme gusto mucho el relato!!!!
un abrazo
Lindo blog, te escribo en este posteo porque a lo mejor no lees post viejos: me gustó mucho la foto y el relato de "Incoming Call"
ResponderEliminarSaludos!!
Estupenda la foto y estupendo el relato.
ResponderEliminarMi lucha era con las higueras.
Un saludo